El Observador Incisivo
El ex-presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, después de ser sentenciado a una pena de dos años y 8 meses de reclusión por injurias contra el Banco Unión, llama la atención a las amenazas a la democracia en Bolivia, diciendo a “El Mercurio” (Santiago) que, “Ya no existe justicia independiente en el país.”
Lo acosan, dice él, “no por hacer algo, sino por hablar. A alguien que en 2008 y 2009 era el líder de la oposición y cuestioné el caso de corrupción más bullado de los últimos años, donde hubo muertos, maletines con dinero retirados de un banco y muchas cosas más”.
Quiroga acusó en febrero de 2009 al Banco Unión (83% de cuya propiedad es estatal) de ser “la lavandería de recursos chavistas, de corrupción y de dinero mal habido para uso del gobierno”, tras el asesinato del empresario Jorge O’Connor, que había retirado un maletín con 450 mil dólares desde el banco.
“Todo Bolivia criticó y habló de eso y, extraña paradoja, ahora el gobierno manda a un banco que es propiedad del Estado a que enjuicie a quien era entonces el líder de la oposición para callarlo, intimidarlo y posiblemente inhabilitarlo”, dice.
–“El gobierno de Piñera debe pronunciarse claramente sobre la situación en Bolivia,” El Mercúrio, el 8 de setiembre de 2010.
Otros artículos e reportajes informan sobre diferentes puntos de vista en relación al caso, y resaltan el hecho de que la condena de Quiroga puede prohibirlo a ser candidato para cualquier cargo publico.
El gobierno de Evo Morales, por su parte, viene hablando por más de seis meses de enjuiciar a los ex-presidentes del país, con el efecto aparente, entre otros, de quitarles la posibilidad de actuar de forma enérgica en el campo político.
El País (Madrid), en un Editorial del 20 de marzo de 2010, observó:
La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia está tramitando una nueva Ley de Juicios de Responsabilidades que permitirá reactivar varios procesos contra algunos ex mandatarios del país, acusados de cometer diferentes delitos contra el Estado…
Morales está utilizando procedimientos que chocan frontalmente con las exigencias mínimas de un Estado de derecho. Poco antes de que se debatiera la nueva norma que sentará en el banquillo a tres ex presidentes -Jorge Quiroga (2001-2002), Carlos Mesa (2003-2005) y Eduardo Rodríguez Veltzé (2005-2006)-, la arrolladora mayoría parlamentaria del MAS, el partido de Morales, aprobó una ley que ha permitido al presidente designar a 18 miembros (de un total de 26) del Poder Judicial, de manera interina y hasta diciembre. Mientras tanto, el vicepresidente Álvaro García Linera ratificó al fiscal general, pese a que había agotado su mandato. Las acusaciones que pesan sobre los ex presidentes Quiroga y Mesa tienen que ver con la firma de contratos petroleros con multinacionales que se llevaron a cabo cuando gobernaban. A Rodríguez Veltzé se le quiere juzgar por “sometimiento a dominio extranjero y espionaje”, al haber encargado durante su mandato a EE UU la destrucción de 41 misiles del Ejército boliviano.
El hecho de que la mayor parte de los responsables de las instancias por las que pasarán los procesos, desde el fiscal general a la Corte Suprema, hayan sido nombrados por el Gobierno deslegitima la iniciativa presuntamente justiciera de Evo Morales. Pero con un 64% de votos y un 70% de popularidad, el presidente boliviano tiene la fuerza suficiente para ignorar los fundamentos de la democracia, violar la Constitución y, de paso, desembarazarse de sus enemigos políticos…
–El País, Editorial, el 20 de marzo de 2010
Relaciónes entre el movimiento verde y los defensores de los derechos humanos
Un aspecto interesante de estos hechos es su impacto potencial sobre las aspiraciones del presidente Morales para jugar un papel de liderazgo en el movimiento verde mundial.
Muchos de los que apoyan el movimiento verde suelen a la vez luchar por la defensa de los derechos humanos y el estado de derecho. Por consiguiente, las alegaciones del ex-presidente Quiroga, de ser confirmadas, así como las actuaciones con respecto a los ex-presidentes en el futuro, podrían tener repercusiones amplias e inesperadas.
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