Hace tiempo que el Observador Incisivo piensa con relación a Donald Trump en el cuento de Hans Christian Andersen, “El emperador está desnudo.” Felizmente, Diego Fonseca, comentarista de la edición en Espańol del New York Time, acaba de publicar un comentario que destaca los puntos esenciales.
Véase,
Diego Fonseca, “El emperador Trump está desnudo,” New York times (espanol), 23 de marzo de 2017.
Fonseca escribe,
Trump parece un discípulo aplicado de Joseph Goebbels: miente que alguien se lo creerá. A mayor el desastre, mayor la fabulación, la provocación y la amenaza. En la lógica de Trump siempre se trató de correr hacia delante. No enfrentar las consecuencias: escapar. Culpar a alguien más. Esquivar responsabilidades. Esas fueron las lecciones que le enseñaron sus principales mentores: su padre Fred y Roy Cohn, un abogado de la era McCarthy. Trump las aprendió a pie juntillas. El problema es que, ahora, las decisiones no son de los demás: es su gobierno, es el presidente de su gobierno. El monarca de sus propias decisiones. El emperador, otra vez, desnudo.
…
El hechizo del emperador se acaba cuando es el último en la línea para dar cuenta por su responsabilidad. Cuando ya nadie más queda para ser acusado de sus propias decisiones. Donald J. Trump seguirá estando más desnudo cuanto más sea señalado con el dedo. Y estará definitivamente expuesto cuando los ojos de sus votantes también descubran el tamaño de sus mentiras. Este último paso no será inocuo, pues comenzará a suceder cuando las decisiones económicas, sociales y políticas del gobierno alcancen sus bolsillos y libertades.
Véase también el cuento original:
Hans Christian Andersen, “El traje nuevo del Emperador,” [Cuento infantil – Texto completo], Ciudad Seva
Muchos, tanto en los Estados Unidos como en otros paises, están a la espera de que una masa crítica de votantes de base que votaron por Donald Trump vuelvan a la cordura, se quiten las vendas de los ojos, y véan finalmente que de hecho su Emperador anda por las calles desnudo, sin ropa alguna.
Y eso es la pura verdad.
El Observador Incisivo
(The Trenchant Observer)